Hola Amigas.
Hace algunas semanas que mi computadora se descompuso pero mi adorado hijo vino a mi rescate y me la arregló. Es por eso que no había podido contarles mis historias, pero ya estoy de vuelta y con mucho entusiasmo para hacer lo que me gusta.
Hoy les cuento que me
fuí de tiendas a despejar la mente y darme una buena terapia de compras. Pues en esa estaba cuando de pronto alguien me saludó y para mi
sorpresa era mi primer amor que conocí cuando apenas tenía once años y recien
comenzaba el séptimo grado. Que mucho ha
llovido desde entonces.
Era ese amor tan
sublime de miraditas, cartitas y canciones.
Nunca fuimos novios como tal, ni siquiera hablábamos. Solo fuimos compañeros de clases. Eramos tan inocentes, tan limpios de mente,
solo éramos dos jovencitos descubriendo los más hermosos sueños de
juventud. Yo estaba embobada con sus
ojos verdes. Pero creo que era un picaflor porque no tardó mucho en fijarse en
otra chica y para colmo de mi salón y mi amiga.
Bueno así es el amor de niños. Ese que no te hace sufrir y es como un juego.
Esa fué mi primera ilusión que aun recuerdo con nostalgia. Esos tiempos donde la
vida para mí era color de rosa, a pesar de ser muy pobre yo me sentía como una
princesa que conoce a su principe azul.
Creo que él estaba
tan emocionado y se alegró tanto de verme que en segundos me contó cosas de su
vida. Ya es abuelo y yo tambien soy
abuela. Fué lindo e inesperado el
encuentro. Bueno esto de ser Sexigenaria
me está gustando porque me siento muy libre y agradecida de vivir momentos únicos
que valoro. Cuál sera mi próxima
aventura? Bueno ya les contaré. Hasta
pronto. Dios las bendiga y las
llene de mucha energía positiva cada día.
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