Esto me ocurrió hace cuatro años. Me sentía tan vacía como si estuviera perdiendo los sentimientos y la compasión por las demás personas. La verdad me sentía muy sola a pesar de tener muchas personas alrededor. Eran unos de esos días en que uno siente que nadie lo quiere. Son etapas que uno vive o sentimientos femeninos que no son entendidos. No me gustaba lo que estaba sintiendo. Le pedí a Dios que me ayudara a ser compasiva. Lo menos que me imaginaba era que el dolor de otra persona iba a ser mi sanación interior. Recuerdo que era sábado, esa mañana me fuí de compras y estando en una tienda de ropa me encontré con una persona conocida, que aunque no es precisamente una amiga si una persona que respeto por su forma de ser y por conocer la tragedia que le ha tocado vivir. Perdió a su hija y a su nieta que iba a nacer. Las perdió a las dos el mismo día. La saludé y le pregunté si se acordaba de mí, me dijo que si y me dió un beso. No le pregunté nada de su situación pero el